Riesgo de Inversión
El riesgo de inversión va enfocado al riesgo financiero que es un término amplio utilizado para referirse al riesgo asociado a cualquier forma de financiación. El riesgo puede se puede entender como posibilidad de que los beneficios obtenidos sean menores a los esperados o de que no hay un retorno en absoluto.
Por tanto, el riesgo financiero engloba la posibilidad de que ocurra cualquier evento que derive en consecuencias financieras negativas. Se ha desarrollado todo un campo de estudio en torno al riesgo financiero para disminuir su impacto en empresas, inversiones, comercio, etc.

Los tipos de riesgo que se nos pueden presentar por el desarrollo de una inversión son:
Riesgo económico: que sería aquel al que está expuesto toda empresa en un periodo de tiempo largo, por el hecho de que alguna de las variables cambien inesperadamente.
Riesgo de pronóstico: cuando vamos a realizar una inversión debemos fijar unos parámetros básicos, pero si no están bien calculados puede desencadenar en un error precisamente por no haber fijado esos parámetros adecuadamente.
Riesgo operativo: este hace referencia a la naturaleza de la actividad de la empresa. Por ejemplo, una heladería en Moscú.
Riesgo de los negocios: alteraciones por el ciclo de explotación de la empresa en los que los flujos de caja se vean alterados. Además de un error en la estimación de crecimiento respecto al volumen de ventas.
Riesgo de créditos: cuando una empresa presta capital corre el riesgo de no recuperarlo en el plazo establecido.
Riesgo de cambio: cuando se producen diferencias o variabilidades en las cotizaciones de las divisas (€, $, ¥)
Riesgo de mercado: es el que se produce cuando un inversor entra en el mercado para negociar activos y se produce una modificación en el valor de éstos por alteraciones en los precios, por los tipos de cambio, tipos de interés, etc.
Riesgo financiero: es el que asume la propia empresa como consecuencia de la política financiera que sigue, es decir, de la estructura de su pasivo. (Recursos propios, recursos ajenos, reservas, etc.)
Riesgo de liquidez: muy característico en las inversiones financieras (derivados) como consecuencia de no poder vender el instrumento por su valor intrínseco a la mayor brevedad posible.
Riesgo de transferencia: el que asume la empresa como consecuencia de que los acreedores sean extranjeros localizados en otro país y no puedan acceder al cobro porque la divisa en que la deuda está emitida es distinta a la de su país.
Riesgo legal: referido a cometer quebrantos como consecuencia de una mala calidad, gestión, tiempo de entrega fijados a la hora de la contratación. También por cambios de normativa o inseguridad jurídica de la operación.
Riesgo sistemático: provocado por la insolvencia o crisis de una institución, o de mercado cuya naturaleza sea de tal importancia como para afectar al sistema financiero de un país.

Todo proyecto se basa en proyecciones de escenarios. Al no tener certeza sobre los flujos futuros que ocasionará cada inversión, se estará en una situación de riesgo o incertidumbre. Existe riesgo en aquellas situaciones en las cuales al menos una de las decisiones tiene más de un resultado posible donde la probabilidad asignada a cada resultado se conoce o se puede estimar. Contrariamente se estará frente a una situación de incertidumbre cuando esas probabilidades no se pueden conocer o estimar.
Toda toma de decisión lleva implícito un riesgo. Cuanto mayor riesgo sea el riesgo esperado, mayor será la rentabilidad que se le exigirá al proyecto para ser aceptado.
Existen dos tipos de riesgo el sistemático y el no sistemático. El riesgo sistemático depende de la economía en su conjunto es independiente del proyecto; en cambio el riesgo no sistemático depende del proyecto en si mismo por lo cual será responsabilidad del analista buscar la forma de diversificarlo.
El analista debe identificar, analizar e interpretar la variabilidad implícita en un proyecto. Intentará diversificar el riesgo y tratar de realocarlo entre las distintas partes intervinientes. Una forma eficaz de lograrlo es a través del diseño de contratos. Se han desarrollado varios métodos para incluir el riesgo. Algunos incorporan directamente el efecto del riesgo en los datos del proyecto, mientras que otros determinan la variabilidad máxima que podrían experimentar algunas variables para que el proyecto siga siendo rentable (análisis de sensibilidad).
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